Inicio > Implicados > Compañías eléctricas (II) > Prólogo (1/2) 17.10.2010 IMPLICADOS: COMPAÑÍAS ELÉCTRICAS (II)/ SEGUNDA ETAPA DE LA ESTAFA 0.- Prólogo Estimado lector: En esta entrega le facilitaré documentos que prueban la implicación directa del Gobierno en la estafa en los precios de alquiler de los contadores de la luz y ponen al descubierto el control absoluto que la mafia del kilowatio ejerce sobre la Administración Pública, control del que son claras muestras la desfachatez y la total impunidad con las que los peones de turno, sabedores de que su servilismo será premiado por los capos de la citada mafia, favorecen y/o encubren los delitos de ésta. La permanencia de estos peones en la Administración Pública constituye una de las principales causas del incremento de la corrupción, como denunció el Comité de Dirección de Transparency International en España en su artículo No debemos resignarnos a la corrupción, del cual procede el siguiente párrafo: “Nuestros municipios y empresas públicas están plagados de empleados públicos que están allí por ser del partido o amigos de la persona oportuna. Empleados (…) que carecen de valores de servicio público y que nunca se jugarán su puesto por defender el interés general”. Según Transparency International, el grado de corrupción en el sector público aumentó cuatro puntos en 2009, lo que provocó que España descendiera del puesto 28 al puesto 32 en la lista de la citada organización. Dicho descenso de cuatro puestos confirma que, como alertó el juez Miguel Ángel Torres durante la entrevista concedida el 13.07.2010 al diario El País, “el Estado está perdiendo la batalla contra la corrupción”, lo cual implica que los ciudadanos seguiremos pagando el alto costo social y económico que la corrupción conlleva. Según el citado juez, “para ganar la batalla hacen falta juzgados especializados en corrupción y crimen organizado, unidades policiales que de verdad estén al servicio de jueces y fiscales y más medios materiales y mayor respaldo a las actuaciones judiciales y policiales”. pág 26